No conozco a nadie que prefiera la luz artificial a la natural. La luz diurna nos levanta el ánimo, nos alegra, hace que seamos más felices.
En lo que se refiere al interiorismo, las estancias inundadas de luz natural serán también más alegres y jugando con las sombras podremos conseguir espacios más cálidos y agradables.
A continuación os muestro unas cuantas imágenes de estancias con un denominador común: la luz diurna.